El pasado 15 de Junio, en nuestra iglesia celebramos la solemnidad del Corazón de Jesús, que es símbolo de AMOR DIVINO, que nos da Jesús, que nos enseña cada día y que tanta falta hace al mundo entero.
Como buenos jóvenes que tenemos esa capacidad de arriesgarnos a todo, también tenemos que arriesgarnos a amar, a entregarnos no solo a las personas que nos aman y aprecian sino mas bien a esas personas que nos necesitan, que tanta falta tienen de palabras, un pequeño gesto, esos pequeños detalles tan peculiares que nos hacen a todos felices, esos detalles que son puros y llenos de AMOR.
Hay quienes piensan que la devoción al Sagrado Corazón es algo anticuado, del pasado o incluso una idolatría, olvidando que, precisamente de él, brota la misericordia infinita de Jesús. Necesitamos saciarnos de esta fuente de gracia, así nuestras vidas rebosarán de amor, y nuestro testimonio podrá llevar esperanza a los demás, especialmente a todas nuestros, amigos, familia y hermanos.
Esta devoción al Corazón de Jesús tiene una historia y como miembros de una fraternidad que por nombre tiene SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, es preciso que conozcamos su origen.
La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se
debe a santa Margarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció con estas
palabras: "Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor
abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que
sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de
mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente
es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi
servicio."
He aquí las promesas que hizo Jesús a Santa Margarita, y por medio de ella a todos los devotos de su Sagrado Corazón:
He aquí las promesas que hizo Jesús a Santa Margarita, y por medio de ella a todos los devotos de su Sagrado Corazón:
1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado.
2. Pondré paz en sus familias.
3. Les consolaré en sus penas.
4. Seré su refugio seguro durante la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte.
5. Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.
6. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
7. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente, el Océano infinito de la misericordia.
8. Las almas tibias se volverán fervorosas.
9. Las almas fervorosas se elevarán a gran perfección.
10. Daré a los sacerdotes el talento de mover los corazones más empedernidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás será borrado de El.
12. Les prometo en el exceso de mi misericordia, que mi amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulgaren por nueve primeros viernes consecutivos, la gracia de la perseverancia final; no morirán sin mi gracia, ni sin la recepción de los santos sacramentos. Mi Corazón será su seguro refugio en aquel momento supremo.
Las condiciones para ganar esta gracia son tres:
1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.
2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento
1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.
2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento
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